Medio kilo de pan, un sachet de leche y yo clandestinamente en el baño. PDF Imprimir Correo electrónico
Publicado por Carlos Guillermo Vahnovan   
Martes 22 de Julio de 2008 02:11

Hacía tiempo que andaba con ganas de "apropiarme" para mi sitio de esta famosa anécdota.

Que la disfruten  Cool

MEDIO KILO DE PAN, UN SACHET DE LECHE Y YO CLANDESTINAMENTE EN EL BAÑO.

[Fuente: Boletín GADX - Julio 95] (TNX GADX) (vuelto a publicar en "Como aprender telegrafía en 20 minutos")

Traducimos la creación de Michael Klein, KC3EN, quien en el estilo de los relatos de espionaje en tiempos de guerra, nos cuenta cómo el impulso del radioaficionado por comunicar le va a permitir superar todas las adversidades, al menos por un tiempo.

He tenido direccionales, dipolos y verticales, grandes objetos metálicos que señalaban que mi casa era la de un radioaficionado. He vivido y operado muy satisfactoriamente desde departamentos en donde los reglamentos de copropiedad prohibían expresamente instalar antenas. Pero... ¿cómo se hace para salir al aire cuando uno convive con una esposa que considera que sentarse frente a un equipo de radio es una cosa estúpida, que no tiene ningún sentido y que es una mera pérdida de tiempo, y, por lo tanto, me prohibe hacer radio desde mi casa? En otras palabras: nada de equipos, nada de antenas.

Se terminaron las tazas de café humeantes en una mano y el manipulador en la otra. No más gritos desaforados para trabajar la VK9 cuando la banda comienza a cerrarse y el barco los está esperando para llevarlos nuevamente a casa. No más carreras para desconectar todo cuando comienzan las tormentas.

¿Puede uno decir QRT?

Mis amigos me sugirieron que ponga el equipo en el coche. Imposible. No tienen un paragolpes adecuado para poner una antena de HF y ella nunca me permitiría agujerearlo. Otros me sugirieron el divorcio. Mi contestación: en ese caso me agujerea a mí.

Por lo tanto, decidí hacer lo que hacen millones de hombres casados: fui a sentarme a pensar al lugar donde millones de hombres casados se sientan y piensan. Me dirigí al cuarto de baño. Mi cuarto de baño. Ahí estaba sentado cuando se me ocurrió una idea. ¿Por qué no instalar mi estación aquí?

Tenía dos cosas a mi favor. Una, que mi esposa no es el ama de casa más hacendosa del mundo. Para que este proyecto funcionara, yo debía ofrecerme como voluntario para limpiar el cuarto de baño. La otra cosa a mi favor era que actualmente yo ya permanecía - según ella decía -, una cantidad de tiempo absolutamente anormal en él. Por lo tanto, permanecer media hora en el mismo (para hacer DX), no originaría ningún tipo de sospechas.

Ésta es la manera como yo, en ocho cortos meses, pasé de ser un radioaficionado sin equipo a ser el orgulloso propietario de un certificado del DXCC...

2 de mayo de 1990: Estoy sin equipo. En este día se me ocurre la idea de operar desde el cuarto de baño. Busqué en el catálogo de la tienda de radio el precio de aisladores, coaxiles, conectores y alambres; recordé que tenía un balún y un manipulador en una caja que guardaba en el garaje, las lastimosas sobras de mi forma de vida anterior.

3 de mayo de 1990: Fui al almacén a comprar medio kilo de pan y un sachet de leche, entré cautelosamente en la librería de al lado; la que vende revistas de radio. Buscando en los avisos clasificados, encontré uno de un colega de un estado vecino que ofrecía en venta un equipo QRP y una fuente. Volví a casa y lo llamé por teléfono, susurrando dentro del aparato. Convinimos un precio. Él estuvo de acuerdo en reservármelo durante un mes, hasta tanto yo pudiera juntar el dinero.

4 de mayo de 1990: Calculé que el equipo iba a encajar dentro de una caja impermeable que yo tenía, la cual en su momento también iba a encajar perfectamente dentro del depósito del inodoro. Inclusive, también había lugar suficiente dentro de la caja para el manipulador. Comencé a buscar un lugar en donde esconder la fuente y el libro de guardia. Encontré una excelente forma para pasar el coaxil fuera del cuarto de baño.

5 de mayo de 1990: Fui al almacén a comprar medio kilo de pan y un sachet de leche. Cautelosamente, me deslicé dentro de la tienda de radio. Compré conectores, aisladores, coaxil y el alambre para la antena. Oculté los materiales dentro del garaje.

6 de mayo de 1990: Llegó la oportunidad de instalar la antena. Mi esposa sale de compras. Hice un pequeño agujero cerca del zócalo, atravesando la parte trasera del tocador. Pasé RG-58U a través del agujero, corrí hacia afuera, tomé la escalera, subí hasta la altura del baño, tiré del bamboleante coaxil y lo subí al techo. Medí entonces unos 22 metros de alambre, lo corté por la mitad, soldé un conector al extremo del coaxil, soldé las puntas del cable de la antena al balún y la subí. Amarré los extremos de la antena a las partes más alejadas del tejado. La antena quedó colocada a 15 centímetros del techo, invisible para cualquiera salvo para los pájaros y los techistas. Bajé corriendo al baño y luego de soldar un conector, impregné el lugar con desodorante de ambientes para tapar el olor a estaño. Para poder ver el coaxil, Ud. tendría que abrir el tocador, ponerse en cuatro patas y aún así y todo sería difícil.

7 de mayo de 1990: Fui al almacén a comprar medio kilo de pan y un sachet de leche. Me guardé el vuelto para agregarlo al “Fondo Pro Compra del Equipo”, el cual se había incrementado muchísimo luego de mi incursión dentro de los dos coches en búsqueda de las monedas que se encontraban debajo de los asientos.

8 de mayo de 1990: comencé a limpiar el cuarto de baño para que se notara mi interés en dicha tarea. Llegué a la conclusión de que en el único lugar donde podría ocultar la fuente y el libro de guardia era dentro del cesto de la ropa. Comencé a pensar en la posibilidad de hacer un fondo falso en el mismo.

9 de mayo de 1990: Fui al almacén a comprar medio kilo de pan y un sachet de leche. Mi esposa me dijo que comprara dos sachets de leche en vez de uno y que la cortara con el pan, que se estaba apilando en la cocina. Entré con cautela en la ferretería a comprar un pedazo de madera terciada. Tenían un retazo cuyo tamaño era aproximado al que yo necesitaba. Lo oculté en el garaje.

12 de mayo de 1990: Mi esposa tiene una cita con el médico. Aprovecho para instalar el falso fondo en el cesto.

19 de mayo de 1990: Encuentro un billete de 5 dólares en el bolsillo de un saco viejo. Había juntado el dinero para el equipo!!!. Fui al almacén a comprar dos sachets de leche, y en el correo envié un giro junto con una nota solicitando el envío del equipo a mi trabajo.

29 de mayo: Llegó el equipo.

31 de mayo: Mi esposa se fue de compras a una gran liquidación, dejándome... sólo en casa ! ! !. Traigo el equipo, lo coloco sobre el tocador, conecto el manipulador, la antena y le enchufo un viejo auricular; enciendo el QRP. No me fijo en nada, ni en la ROE ni en el flujo solar. Me encierro en el baño y me pongo cómodo.

¡Un radioaficionado en su trono!

La banda de 15 metros parece estar bastante abierta. Escucho a un IK3 llamando CQ. Le contesto. Me da 549. Yo le doy 579. ¿Cómo se dirá cuarto de baño en italiano?. Charlamos unos minutos y dejé de transmitir cuando escuché que mi esposa estacionaba el coche en el garaje. Desconecté todo y guardé el equipo y el manipulador en la caja plástica. Tiré de la cadena para poder sumergir la caja en el depósito sin derramarlo. Puse el libro de guardia y la fuente en el cesto de la ropa y cerré el tocador.

Pasaron los días y los meses. El anochecer, especialmente en el otoño, significaba contactos interesantes en los 40 metros. En 15 metros, por las tardes, están los europeos. Trabajé 25 países nuevos en una semana, cuando me atacó un nocivo virus estomacal; y una docena más durante el CQ WW Contest después de comerme una caja de ciruelas disecadas. Traté de mantenerme sereno luego de trabajar cada nuevo país, pero en diciembre, cuando pude romper el pile-up de la 3A (Mónaco), no pude contener el grito de “Lo Agarré”, y mi esposa me gritó a través de la puerta del baño “te caíste adentro...?”.

Si ella supiera... para enero de 1991 ya tenía 102 países.

Yo era un hombre feliz.


16 de enero de 1991: Fui al almacén a comprar medio kilo de pan y dos sachets de leche. Cuando volví, encontré a un contratista de obra en el cuarto de baño, preparando un presupuesto para la total remodelación del mismo. Estaba apoyado en el cesto.


 
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